viernes, 25 de septiembre de 2009

Acerca de la propagación de la estupidez

Hace ya algún tiempo que este asunto me preocupa seriamente. La mayoría de las personas con las que me cruzo padecen de una estupidez monumental. Hablo de individuos con existencias verdaderamente anodinas a pesar de que puedan estar convencidos de lo contrario, auténticos casos de enanismo encefálico. Personajes con cierta devoción por el culto a la imagen aunque poco amigos de la cultura en general. Estoy convencido de que no es necesario ahondar en casos particulares, pues el catalogo de variantes y combinaciones que podrían ejemplificar este tipo de especímenes es demasiado amplio. Analicemos pues, uno de los posibles orígenes de la proliferación de la estulticia.

En primer lugar, resulta sorprendente que la mayoría de personas se sientan limitadas y se quejen constantemente y con total desparpajo de este hecho, achacándolo a variados factores: la sociedad, el sistema educativo, el entorno familiar, los poderosos, o cualquier otro tópico fácil y que siempre queda bien en las conversaciones de los especialistas y autoridades en la materia que podemos encontrar en la barra del snack-bar más cercano. El problema aquí, es que esta clase de seres se impone sus propios limites. Por algún motivo creen que razonar, pensar de forma crítica, pisar alguna biblioteca, interesarse por algún tema medianamente elevado o alguna disciplina artística con fines que no sean la notoriedad, son deportes de riesgo.

En ese sentido, la circunstancias no tienen demasiado que ver. Todos estamos expuestos a la cloaca de histeria y vulgaridad que son la mayoría de medios, pero hay un amplio sector de la población que decide que con eso tiene suficiente. No desean profundizar ni aportar nada nuevo, ni siquiera beneficiarse de los conocimientos que gratuitamente nos han legado las mentes brillantes del pasado y presente, puestos a nuestra disposición para su consulta sin necesidad de pasar por todo el proceso de estudio y experimentación que fue necesario para reunir esos conocimientos en primera instancia.

Hay un par de casos muy particulares de uso inadecuado de los beneficios aportados por la ciencia y la tecnología, que me ponen enfermo. Se trata precisamente de la televisión e Internet.

Como prácticamente todos los grandes inventos, la tecnología que hizo posible generar imágenes en movimiento en una pantalla a partir de una señal eléctrica, fue descubierta mientras se investigaban otros asuntos. A principios del pasado siglo, J.J. Thomson experimentaba con tubos de rayos catódicos en el Laboratorio Cavendish de la Universidad de Cambridge. Su objetivo era encontrar y estudiar la partícula elemental que da origen a las corrientes eléctricas, el electrón, que toma su nombre de la palabra que designa al ámbar en griego. Es curioso que mientras se hacían inmensos progresos en cuanto a relatividad general, relatividad especial y mecánica cuántica, algo tan “básico” como las propiedades del electrón continuaban siendo un misterio. La cuestión es que Thomson se dio cuenta de que los rayos catódicos, que son haces de electrones, daban lugar a un punto luminoso al llegar al otro extremo del tubo y chocar con la superficie. Era la manifestación visible del electrón. Mediante la aplicación de campos electromagnéticos variables en determinadas regiones del tubo, era posible desviar la trayectoria de los rayos y por tanto desplazar el punto de luz a voluntad. No se tardaría demasiado en llegar a la conclusión de que realizando barridos de rayos catódicos, era factible obtener imágenes en blanco y negro en una pantalla. El resto es historia, aunque notables mejoras llegarían algunas décadas más tarde de la mano de Walter Bruch gracias a su sistema PAL, pero ese es otro tema.

La idea de todo esto es que unos pocos genios son los responsables de que hoy tengamos en casa aparatos de gran complejidad técnica, aunque estos equipos nos parezcan algo simple y cotidiano. La excepcionalidad mental de esas personas a quien se adjudican las primeras experimentaciones, así como el resto de físicos que ayudaron a su posterior perfeccionamiento, es realmente increíble. Muy probablemente sea mayor la distancia intelectual entre ellos y el ciudadano que usa su cabeza únicamente para peinarse, que la que separa a este tipo de ciudadano de un simio. ¿Se imaginaban estos hombres eminentes que el trabajo de toda una vida, acabaría siendo convertido en una herramienta de manipulación de masas y estupidización colectiva? ¿Serían capaces de soportar la colección de sandeces y majaderías que hoy escupe su gran invento? ¿Cómo se atreve gente que no conoce los principios de funcionamiento de un tubo catódico, de las válvulas termoiónicas o de las emisoras de radiofrecuencia, a disponer, para sus propios intereses, de semejante poder? Nos encontramos ante un verdadero insulto a la inteligencia, una bofetada al esfuerzo por el conocimiento, aunque advertir esto no es nada nuevo.

E.B. White ya profetizó en 1938 la posibilidad de que esto sucediese, en uno de sus ensayos recopilados bajo el título One Man’s Meat. Me gustaría terminar citando ese revelador fragmento.

(…) I believe television is going to be the test of the modern world, and that in this new opportunity to see beyond the range of our vision we shall discover either a new and unbearable disturbance of the general peace or a saving radiance in the sky (…) Clearly the race today is between the loud speaking and soft, between the things that are and the things that seems to be, between the chemist of RCA and the angel of God.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Festival de Cine de Sitges 2009

A poco más de una semana de la inauguración del Festival de Cine de Sitges, por fin la organización se ha decidido a hacer público el programa al completo con horarios incluidos. Llevo unos días barajando las posibles opciones para este año, pues es bien sabido que este tipo de eventos hay que planearlos cuidadosamente si no queremos acabar perdiendo el tiempo con una colección de mediocridades. Aquí van mis apuestas.

Mi primera elección es Zombieland. La verdad es que para esta no me lo he tenido que pensar mucho. Un vistazo al trailer y ver a Woody Harrelson (Natural Born Killers, The Thin Red Line, A Scanner Darkly…) interpretando a un cowboy sin piedad por los muertos vivientes, despejó cualquier duda acerca del potencial de esta producción cargada de acción y humor negro.

Poco sabemos acerca de Accidents Happen, el retorno a la gran pantalla de Geena Davis, excepto que se supone que tiene que ser un drama suburbano con tintes de humor ácido acerca de la familia disfuncional de turno. Al igual que American Beauty o Little Miss Sunshine, estos filmes relativamente modestos suelen acabar en éxito, convenciendo tanto a público como crítica. En el fondo nos gusta ver como el sueño americano se queda solo en eso, un sueño. Atención al teaser, unos pocos segundos bastan para darse cuenta de que esto ya huele a clásico.

Seguimos con Sorority Row, mi reivindicación de los topicazos sobados y el cine palomitero. Una cinta que bien podría titularse Sé lo que hicisteis el último semestre, pero por una vez démosle a nuestro intelecto un respiro. ¿Donde quedan ya esas películas protagonizadas por actores de veinte y tantos años interpretando papeles de adolescentes amenazados por algún serial killer pintoresco? Aquellas con las que pasábamos noches de pizza y alquiler de video con los amigos o que íbamos a ver al cine con esa chica del instituto. Queremos ver al quarterback del equipo, a la capitana de las animadoras, al empollón del club de matemáticas y al macarra de la clase huyendo del asesino para llegar a tiempo al baile de fin de curso, maldita sea.

En cuanto a animación, y que conste que no me considero otaku ni otros adjetivos exóticos que definen a los que llenan su casa de figuritas y se disfrazan para el salón del manga, no puedo faltar al pase de la segunda de las cuatro entregas de Rebuild of Evangelion. El año pasado ya tuve ocasión de ver en Sitges la primera parte de este remake de la legendaria serie y debo decir, no sin antes ponerme a cubierto por si los puristas del anime tiran con bala, que me parece mucho mejor que la original. Y no solo por la maravillosa puesta al día que se le ha hecho al apartado gráfico, sino porque la han convertido en lo que la serie tenía que haber sido. A mi, personalmente, me sobra tener que ver dos docenas de veces a Shinji en el tren. La primera vez ya me quedaba clara la idea. En cambio, me gusta cuando se emplea el metraje en mostrar con todo lujo de detalles los enfrentamientos titánicos con esas monstruosidades del espacio. En ese sentido, esta nueva versión es totalmente satisfactoria.

La otra producción de anime por la que firmo con los ojos cerrados, es Genius Party Beyond. El nivel de innovación y calidad de los proyectos de Studio 4ºC está fuera de toda duda después de ver los cortometrajes de Animatrix y especialmente la maestría demostrada en Tekkonkinkreet. Como puedo olvidar el trabajo realizado para Linkin Park, se preguntaran algunos, pero si se trata de videoclips, prefiero indicar que la animación que crearon para los británicos Bluetones y su single Four Day Weekend hace casi diez años, estaba ya por encima de la mayoría de lo visto hasta la fecha. Lamentablemente, no se puede todo en esta vida y mis obligaciones en la siniestra corporación no me permitirán asistir a ninguno de los dos pases de este recopilatorio de cortos.

Tampoco me será posible estar presente en las proyecciones de Ingrid, un thriller de factura autóctona que supone mi único voto de confianza para las producciones nacionales presentadas. Espero tener ocasión de verla en los cines pronto. Una lástima tener que perderme también la oportunidad de ver Alien en la gran pantalla. El clásico ochentero que si podré disfrutar es Ghost Busters, un mito de mis días de infancia.

¿Para cuando una reposición de Back To The Future en el festival?

Vuelve Maple

Vendes (otra vez) tu SG Custom para comprarte (de nuevo) tu Telecaster. Desempolvas unos cuantos vinilos viejos: el Laser, el The Egg o el Something To Write Home About. Vuelves a escribir reflexiones gratuitas en pequeñas servilletas de papel manchadas de aceite. Lloras de alegría tras volver a escuchar algo que dejaste olvidado en uno de tus supermercados de la memoria. Consigues que, lo que hace unos meses eran historias pasadas sobre giras y fronteras austriacas, ahora sean de nuevo muescas en el mástil que no tienes ni puta idea de como acabarán. Maple planea una re-unión en Octubre. Aparecen, como en aquel verano del 98, las miradas cómplices, la conexión cósmica y las sonrisas contagiosas. De nuevo intensas guitarras erizan el aire bajo una base rítmica infalible, provocando esas melodías hipnotizadoras. Derivas, nunca derrotas. Ninguna decisión es irrevocable excepto la muerte.

Con estas desgarradoras palabras se presenta la reunión de Maple.

Dos fechas únicas para volver a disfrutar del directo de esta banda y para descubrirlos en caso de que se te hayan pasado por alto. Principalmente influenciados por The Anniversary y Echobelly en sus inicios, fueron los abanderados de una época, de un sonido, de una estética en particular, heredera del post-hardcore y emocore norteamericano de finales de los noventa, representada en nuestro país por el sello barcelonés BCore a principios de esta década ya moribunda. Mucho antes de que el género se convirtiera en la odiosa parodia de si mismo que es hoy y que prácticamente la totalidad de grupos que lo iniciaron fueran abandonando, ellos nos obsequiaron con excelentes composiciones cuyas melodías se clavarían para siempre en nuestro corazón.

El nueve de Octubre en La Boite (Madrid) y el diez en la Apolo2 (Barcelona).

viernes, 18 de septiembre de 2009

Diary of the Dead

Mientras preparo mi quiniela de películas para el ya inminente festival de cine de Sitges, abro una nueva entrada con una critica sobre Diary of the Dead que elaboré en una edición anterior.


TÍTULO ORIGINAL
George Romero's Diary of the Dead
FECHA DE ESTRENO: 2008
NACIONALIDAD: USA
DIRECCIÓN:
George A. Romero
REPARTO
George Buza, Joshua Cole, Joe Dinicol, Shawn Roberts, Tatiana Maslany


Hace casi cuarenta años que George A. Romero cambió para siempre el cine de terror, dando lugar a un nuevo subgénero con su legendaria La Noche de los Muertos Vivientes. Pero ha sido en los últimos años cuando hemos sido testigos de un revival del fenómeno zombie, propiciado sobretodo por la actual falta de imaginación de la industria cinematográfica, especialmente en el género de Terror. Esto ha dado como resultado que el público ha tenido que tragarse auténticas mediocridades, o peor aún, basuras aborrecibles como Resident Evil 2.

Ahora Romero llega al festival de Sitges para anticipar su último trabajo hasta la fecha: Diary of the Dead. Ovacionado con todo el auditorio en pie, este veterano director, dio buena muestra de la humildad y modestia por la que se ha caracterizado, y presentó su nueva producción como "una pequeña película", y dejando claro que con esta, apostaba por volver a la independencia.

La película esta rodada en forma de falso documental; unos estudiantes de cine están filmando cierto metraje para un proyecto de la escuela, cuando de pronto se ven inmersos en una caótica situación propiciada por la invasión de muertos vivientes. No dudarán en coger su cámara digital, así como sus teléfonos móviles, para documentar lo que esta ocurriendo y difundirlo a través de la red, argumentando que los medios de comunicación clásicos están manipulados y la población debe ser informada sin censura. Como en toda la obra de Romero, sus películas siempre se prestan a una segunda lectura, en este caso los límites de la ética a la hora de publicar contenidos y la caja de Pandora que pueden resultar comunidades virtuales como YouTube en ese sentido.

Estilística y argumentalmente, esta cinta vuelve a los orígenes, y si no fuese por toda la tecnología contemporánea que en ella aparece y alrededor de la cual gira esta entrega de la saga, temporalmente se podría situar casi paralela a La Noche de los Muertos Vivientes. Las actuaciones no son brillantes, pero teniendo en cuenta a lo que nos tienen acostumbrados en este tipo de filmes en los tiempos que corren, desde luego es mucho más de lo que cabe esperar. Un punto interesante es el pseudorealismo con que se ha abordado el tema, Diary of the Dead se siente más cercana al espectador que cualquier otra película del género, pero en ningún caso resulta aburrida, pues cuenta con los suficientes sobresaltos y secuencias ingeniosas para mantener al espectador pegado a la butaca disfrutando de un buen entretenimiento y una pincelada de crítica. La fotografía a pesar de buscar ese toque amateur no llega a agobiar, como si lo hace por ejemplo The Zombie Diaries. Esto es debido en gran parte al truco narrativo que supone que los protagonistas sean estudiantes de cine, y por lo tanto manejen mejor la cámara que un video-aficionado corriente.

En resumen, una buena película "como las de antes". Romero no se re-inventa a si mismo ni nada por el estilo, pero a estas alturas ya no tiene nada que demostrar; ha querido hacer un producto honesto y sin pretensiones dirigido a sus seguidores. Lo ha logrado con creces.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Hemos tenido suficiente

Hay ocasiones en la vida que los acontecimientos te llevan a separarte de personas con las que en principio estabas muy unido. El distanciamiento se puede producir de forma progresiva, gradualmente. Este acostumbra a ser el curso natural de las relaciones humanas y generalmente es bien aceptado. Hay otro tipo de distanciamiento que no suele ser tan bien recibido, es aquel que se produce de forma abrupta, violentamente.

La última conversación que tuvimos fue acerca de la versión de Johnny Cash de la canción Hurt, compuesta por Trent Reznor de Nine Inch Nails. Una canción amarga y oscura donde las haya, transformada en un bello ejercicio de austeridad folk que eclipsaría para siempre a la original. Seguimos conviviendo durante meses sin dirigirnos la palabra. No es de extrañar, llega un día en que te levantas y no comunicarte te llega a parecer aceptable, normal. Vivir ajeno al hecho de que hay una persona contigo en casa. Una dolorosa, absurda y deshumanizante cotidianidad que no le recomiendo a nadie.

Tras dar por terminada nuestra convivencia, nada parecía apuntar a que nuestros caminos se iban a volver a cruzar. Caprichos del destino, terminamos trabajando en la misma siniestra corporación. Las cosas no han mostrado un solo signo de mejora desde entonces, pero hoy ha sido diferente.

Esta mañana he bajado al Departamento de Taquimetría y Cotejaciones. Ha venido hacia mi pronunciando mi nombre y me ha preguntado, sin más introducción, si tenia algún disco en vinilo de Alkaline Trio. Esforzándome por disimular mi confusión, he respondido que no y se ha marchado. He seguido con mis asuntos intentando no dar demasiada importancia a esta breve conversación, cuando he notado una mano en mi hombro. Me doy la vuelta. Lleva algo en la otra mano y la alarga hacia mi.

Era, como no podía ser de otro modo, We’ve Had Enough. Mientras lo sostenía con incredulidad, me he visto desbordado por este honesto gesto que clama redención. Al llegar a casa y poner la aguja sobre el surco, he estado pensando que en estos tiempos difíciles, quizás sea momento de volver a estrechar lazos.

This is our biggest fear
The only tunes that we hear

Lo dicho, ya hemos tenido suficiente.


domingo, 13 de septiembre de 2009

La Habitación de Fermat

Con la próxima edición del Festival de Cine de Sitges a la vuelta de la esquina, recupero esta pequeña crítica que escribí acerca de esta película cuando tuve el gusto de asistir a la premier hace dos ediciones.



TÍTULO ORIGINAL:
La Habitación de Fermat
FECHA DE ESTRENO: 2007
NACIONALIDAD: España
DIRECCIÓN:
Luís Piedrahita y Rodrigo Sopeña
REPARTO:
Santi Millán, Alejo Sauras, Elena Ballesteros, Lluís Homar, Federico Luppi

Empezaré diciendo que no me gusta el cine español. No me gusta porque, por lo general, siempre esta tocando los mismos temas cansinos y con la misma poca originalidad a la hora de hacer las cosas. Pero me gusta que hayan excepciones que confirmen la norma, y estoy ciertamente convencido de que la Habitación de Fermat es una de ellas. La cinta esta codirigida por Luís Piedrahita y Rodrigo Sopeña. Para ambos se trata de su primera incursión en el mundo del cine y para ella han contado con las actuaciones de Santi Millán, Alejo Sauras y Elena Ballesteros, entre otros. Que esta gente se haya propuesto realizar un thriller me ha llamado la atención lo suficiente como para ir a ver su preestreno en el festival de Sitges.

El planteamiento inicial es el que sigue: Cuatro personas reciben una carta anónima con un acertijo. Si lo resuelven, quedan invitados a una reunión que pretende agrupar a las mentes más brillantes del país. Como mínimo eso es lo que dice el misterioso anfitrión, el cual se hace llamar Fermat, pues los protagonistas no tardaran en descubrir que en realidad se trata de una trampa mortal que acabará con sus vidas si no se dan cierto brío en resolver los enigmas planteados.

El guión ha sido bastante cuidado, exceptuando un par de detalles que prefiero no adelantar pero seguramente el espectador medio calificará de fantasmada. Como he dicho se trata de detalles, que en ningún caso embrutecen la idea principal de la película. Huelga decir también, que los enigmas a los que se enfrentan los protagonistas, parecen sacados de cualquier libro de curiosidades matemáticas. Aunque la historia funciona bien, no estamos ante un alarde de creatividad nunca antes visto, pues es fácil reconocer elementos del clásico de culto Cube, así como de la española El Método o incluso la (incomprensiblemente) exitosa Saw, aunque sin despilfarro de sangre Max Factor.

La fotografía resulta muy adecuada al tono de la película, y si no fuese por una apreciable falta de presupuesto para efectos en un par de secuencias, en el apartado estético La Habitación de Fermat seria redonda. Un curioso detalle es que la banda sonora cuenta con tres temas de Los Planetas, incluido el tema de cierre que no es ni más ni menos que la dolorosamente bella La Copa de Europa.

Mención especial se merece la actuación de Santi Millán, es sin duda una grata sorpresa observar la credibilidad con la que interpreta su papel. Acostumbrado a verlo en todo tipo de papeles chorra, daba la impresión que este hombre no sabia hacer otra cosa, pero aquí nos demuestra cuan equivocados estábamos. Alejo Sauras aun carga con el lastre de su papel en Los Serrano, pero este puede ser un primer paso para ir asumiendo proyectos más serios.

En definitiva, Piedrahita y Sopeña han sido capaces de manejar bien los recursos de los que disponían y finalmente conseguir un resultado que no esta nada mal, sobretodo si tenemos en cuenta que se trata de su primer trabajo cinematográfico. Es de agradecer ver un producto nacional algo diferente a lo que estamos acostumbrados.

Esperemos que sea el punto de partida de una necesaria renovación del cine autóctono.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Nunca he probado algo mejor


Mientras se alejaba de allí, por un segundo se preguntó como habría sido todo si aquello no hubiese sucedido nunca. Ya no tenia ningún sentido quedarse en aquel lugar. Como si de un último gesto se tratara, extendió su mano hacia el cielo nublado y sintió en ella el aire cargado de estática. A sus oídos llegaba, lejano, el zumbido de las lineas eléctricas suspendidas en lo alto de los postes. En ese preciso instante, su corazón fue desbordado por un colapso de un millón de sentimientos. Deseó con todas sus fuerzas desaparecer para siempre de este mundo triste y enfermo.

El anterior fragmento, escrito hace tiempo, es mi modesto tributo a la que a mi parecer es una de las mejores producciones de animación jamás realizadas.

FLCL

El día de mi 19 cumpleaños estuvo marcado por ser el día del último adiós a un romance de instituto con fecha de caducidad. Durante la pequeña celebración de aquella noche, recibí dos regalos que rápidamente destacaron por su carácter especial. Uno de ellos fue el disco Mon Chi Chi de los All Systems Go. Supuso una refrescante sorpresa descubrir un nuevo grupo de mi agrado y que además marcó el inicio de lo que seguramente ha sido una de mis mayores renovaciones musicales. El otro fue un tomo de cómic manga de reciente publicación y del cual no había oído hablar. Un paseo rápido por sus páginas me permitieron observar elementos tales como guitarras, bates de beisbol, robots y chicas en Vespa. Prometedor.


Pasé varios días enfrascado con ese manga, disfrutando de una cómoda burbuja al leer y releer sus páginas mientras en mis auriculares sonaba por enésima vez el álbum que me habían regalado. Sentía que aquellas viñetas se complementaban perfectamente con la música, que ganaban dinámica, como si hubiesen sido concebidas para un medio audiovisual. Más tarde tuve conocimiento de que ese tebeo era en realidad una adaptación; la obra original era una breve serie de animación con una etiqueta de la cual le sería ya imposible deshacerse: “De los creadores de Neon Genesis Evangelion.” Finalmente llegó a mis manos una copia en cinta de video. No tardé en darme cuenta que estaba viendo algo muy especial, una serie que reflejaba con precisión y delicadeza todo mi sentir y que para mi se convertiría casi de inmediato en una destacada referencia.


Aparentemente absurda y demencial, un atento visionado y el minucioso escrutinio del abundante texto entre líneas revelará en su interior una agridulce oda juvenil acerca del doloroso proceso de madurar. Estéticamente impecable, contiene numerosas secuencias realmente poéticas gracias a la composición formada por el elaborado grafismo y la frescura de la banda sonora. Una verdadera joya que pese a su calidad, ha pasado sorprendentemente desapercibida para la mayoría. Después de mucho tiempo, finalmente comprendo el significado de never knows best, la enigmática frase que aparece escrita en unos cigarrillos.


Nunca he probado algo mejor.

Acerca de la distorsión del recuerdo y los orígenes del impulso creativo

Hace bastante tiempo, en alguna clase de psicología o filosofía durante mis años de instituto, el profesor, que era el mismo para ambas clases, dijo que la educación era como un café. Si dejas la taza reposar lo suficiente, la mayor parte del contenido se evapora irremediablemente. Excepto una pequeñísima parte densa y concentrada que al secarse permanece en la taza y acabar con ella supone un esfuerzo hercúleo. Esos pequeños restos incrustados, que solo se consiguen con el asentamiento de las ideas con los años, suponen la verdadera formación, nuestra configuración como personas. Lo accesorio e irrelevante termina por desaparecer de nuestra memoria sin dejar rastro. Habiendo transcurrido un tiempo prudencial para digerir este hecho, daré el paso que aquel profesor no se atrevió a dar, afirmando que en realidad este fenómeno sucede no solo con los contenidos de la formación académica, sino con cualquier tipo de experiencias vividas. Solo aquellas que producen profunda impresión y son revisadas con frecuencia, permanecen en nuestros recuerdos.

Esto produce dos efectos, por un lado la sistemática supresión de los malos recuerdos, pues al intentar no recuperarlos con la misma frecuencia que aquellos que nos resultan más gratos, terminan también por perder gradualmente su oscuros colores y debilitando su aspecto inicialmente amenazador. En segundo lugar, al destruirse todas aquellas memorias superfluas de acontecimientos insípidos y enseñanzas de las cuales no proceda aplicar el contenido, se producen enormes lagunas en la línea temporal de nuestra vida. La superposición de estos dos hechos, es la razón fundamental por la cual siempre tengamos la ilusión de que cualquier tiempo pasado fue mejor y que además esos días nos parezcan mucho más cercanos de lo que en realidad están ya, viviendo así un presente progresivamente anacrónico a medida que crecemos.

Tras un minucioso análisis, me doy cuenta que todos estos años, desde los inicios, mis inquietudes creativas parten de una misma base. Esto es, sublimación. Guardar en mi interior, de un modo inconsciente si cabe, todas aquellas decepciones, miedos, fracasos e indignación, mezclarlos y moldear la substancia resultante. Darle forma hasta que de ello salga algo nuevo, bello y elevado, que al hacerse canción, poesía, ensayo, ilustración, o fotografía proporciona una potente liberación, una impactante doble experiencia de carácter positivo a través de la composición y posterior contemplación estética de la obra, lo que lleva a la inmediata consecución de la tranquilidad del ánimo. Durante un breve espacio de tiempo se aplaca el dolor y el sufrimiento de nuestra vida, estamos en paz con nosotros mismos, luego, con el mundo. Esta viene siendo la razón por la cual personas con una sensibilidad especial, buscan constantemente la satisfacción mediante variadas disciplinas artísticas, como una terapia, aunque harían mejor llamándolo adicción pues no nos aporta nada definitivo ni engrandece más allá de ese momento, ese instante fugaz de pura evasión del absurdo de la existencia.

Debo reconocer que no soy demasiado dado a leer ni escribir, en el sentido artístico, claro está. Las limitaciones del lenguaje para la expresión de conceptos e ideas de carácter intangible, pero no por ello inexistentes o menos reales, es un tema ya conocido y debidamente estudiado. Es por ello que, por lo general, prefiero recurrir a medios que prescindan de las palabras o, en todo caso, estas sean simplemente un refuerzo, un añadido para perfilar y redondear un contenido que no perdería un ápice de brillo si nos fuese presentado de forma independiente. ¿Es acaso menos perfecta una canción porque no comprendemos la letra o menos bella una imagen solo por carecer de texto que la acompañe? Si es cierto, como categóricamente afirmaba el último de los filósofos, que se debe callar sobre lo que no se puede hablar, tendremos que buscar la forma de elevarnos por encima de las fronteras impuestas por las palabras, permitiéndosenos así trazar una línea recta entre lo más profundo de nuestro ser y nuestro entorno.

A pesar de dicha contrariedad, haré un esfuerzo para reunir viejos textos no especialmente brillantes de mi autoría y recopilarlos en esta bitácora, así como nuevas aportaciones de elaboración más reciente. El origen de estos escritos puede ser del todo variado, no quisiera limitarme aquí a textos escritos con alguna finalidad específica, pues suelen ser estos los más bochornosos, sino quizás incluso a meras transcripciones de conversaciones donde he intercambiado ideas interesantes. En esta era en la que todo hijo de vecino se siente con la necesidad de desperdigar su amalgama de ignorancia y prejuicios, pues lo políticamente correcto asume que una opinión es tan válida como cualquier otra, exponiendo su estrechez de miras una y otra vez con los mismos argumentos e insistiendo en narrar meticulosamente hasta la más vulgar estupidez, poca cabida hay para contenidos que aporten un soplo de aire fresco.


Consciente de ello, abro así este mi cuaderno de notas.