¿Pero que
demonios acabo de ver? Esa fue la pregunta que me vino a la mente mientras
aparecían los créditos finales, sonando de fondo el pegadizo tema principal de
la película. Al finalizar la proyección, asistí a la rueda de prensa, abierta
también al público, en la que esperaba responder al interrogante de la mano del
director y los actores. Al principio se produjeron unos incómodos momentos en
los cuales nadie se atrevía a lanzar una pregunta. Finalmente, alguien tuvo el
valor de levantar el brazo. “¿Podrías explicar, para los que no somos unos
expertos, que mensaje querías transmitir con esta película?” Risas y aplausos
de los allí presentes. Poco dispuesto a revelar los detalles de su enigmático
largometraje, el cineasta catalán devolvió el revés: “¿Que te ha transmitido a
ti?”
Situémonos.
Animals es el primer largometraje de Marçal Forés, alumno aventajado de esa
factoría de talento llamada ESCAC y está apadrinada por Escándalo Films, la
productora asociada a la mencionada escuela de cine. La película fue rodada en
Barcelona a finales del 2010, se presentó recientemente en el festival de cine
de Donosti dentro de la categoría Nuevos Directores y ahora aterriza en el
festival de cine fantástico de Sitges.
Forés ya había debutado detrás de la cámara con un videoclip para el grupo barcelonés Sybil Vane, le siguió la realización de los cortos Yeah Yeah Yeah y Friends Forever además de dirigir un piloto para la BBC Three titulado The Things I Haven’t Told You. El reparto lo encabeza Oriol Pla (El Cor de la Ciutat), encarnando al torturado protagonista, le acompaña la joven Roser Tapias (Padres, Amar en Tiempos Revueltos) además de los británicos Augustus Prew (Los Borgia, Charlie St. Cloud) y Dimitri Leonidas (Tormented, Sinbad), interpretando a sus compañeros de clase. La película también cuenta con la muy comentada participación de Martin Freeman, quien al parecer mostró interés en el proyecto desde el primer momento, aunque su personaje no tenga especial peso en el desarrollo de la trama y quede prácticamente reducido a una nota a pie de página.
Pero entonces,
¿de que va Animals?
Las notas de
prensa hablan de una historia de superación de la adolescencia con toques
fantásticos, el director habla de una dolorosa pérdida de la pureza y el
trailer promete una emocionante aventura de corte juvenil. Quien acuda al cine
esperando esto último, es posible que acabe reclamando que le devuelvan el
dinero de su entrada, recordando el caso de aquella mujer indignada al
comprobar que, a pesar de lo que la publicidad pudiera sugerir, Drive de
Nicolas Winding Refn no tenía absolutamente nada que ver con Transporter.
El estilo de
narración bebe sin complejos del manganime, más concretamente de aquellas obras
donde la adolescencia es presentada como la etapa más alienante de la vida y el
desgarrador proceso de maduración del protagonista transpira a través de los
poros de la trama principal. Esta influencia se hace palpable en guiños
explícitos al clásico Neon Genesis
Evangelion y en la recreación prácticamente calcada de una escena de FLCL, también del estudio japonés
GAINAX.
Por otra parte vemos
un marcado carácter visual con sabor a Donnie Darko, con la cual es imposible caer en
comparaciones, así como ecos de la en ocasiones desesperante lentitud
contemplativa de Gus Van Sant. Todo ello se combina, junto a unos personajes
que podrían haber salido del lápiz de Daniel Clowes, en una mezcla que también recicla
numerosos elementos estilísticos de los anteriores trabajos de Forés.
Tras un buen
punto de partida, da la sensación de que el conjunto va a medio gas y cuando
parece que la acción por fin va a pisar a fondo el acelerador, todo resulta ser
un espejismo que parece salido directamente de Elephant. Animals juega
tanto al despiste que termina por perderse en su propio laberinto. Su mensaje,
que lo tiene, queda difuminado por demasiadas referencias a la subcultura
alternativa e incontables situaciones que parecen haber sido diseñadas para confundir
al espectador en lugar de hacer avanzar la trama. La idea fundamental se podría
condensar sin demasiada complicación en un cortometraje pero en cambio su
narrativa encajaría mejor en una miniserie, siendo quizás las limitaciones de
formato el principal obstáculo para que la historia funcione.
A pesar de todo hay
buenas muestras de talento, brillando especialmente la fotografía a cargo de
Eduard Grau (A Single Man, Buried). El debut de Marçal Forés supone
una apuesta valiente por renovar el cine made
in Spain, por ofrecer algo diferente y romper con los tópicos a los que,
por desgracia, nos tienen acostumbrados. En ese sentido, lo consigue, pues indudablemente
estamos ante algo cuya estética y desarrollo es algo poco o nada visto en una
producción nacional. Tendremos pues que estar atentos a los futuros proyectos
de este joven catalán.
Animals se estrena en cines el 26 de octubre.